La piel como marcadora de patologías psicológicas

Abstract

La piel es el órgano sensorial y anatómico más grande que presenta el organismo, tiene una superficie promedio de 2m² y pesa aproximadamente 4kg. Además de protegernos del ambiente, de retener los líquidos corporales y mantener nuestra temperatura interna, es un órgano provisto de numerosos receptores sensitivos que se distribuyen en distinta concentración a lo largo del cuerpo y es por esto por lo que decimos que la piel “habla” y no solo permite diagnosticar una lesión puramente dermatológica, sino que también nos puede dar indicios de otras patologías, entre ellas, los trastornos psíquicos. En esta revisión sistemática, nos enfocaremos en estudiar la relación entre los trastornos dermatológicos y los desencadenantes psíquicos. Objetivos: El objetivo es determinar la prevalencia que existe entre determinados trastornos dermatológicos como la psoriasis, la alopecia areata, el vitíligo y la dermatilomanía y diversos desencadenantes psicológicos. Materiales y métodos: Se realizará una revisión sistemática a partir de 25 artículos publicados en PubMed utilizando determinados términos Mesh. Resultados: En esta revisión sistemática, se incluyeron 25 artículos. De los cuales, 8 son revisiones sistemáticas, 7 poseen un diseño de cohorte, 4 artículos presentan un diseño caso control y 4 son reportes de caso. Dentro de los resultados más relevantes un estudio demostró un 83% de riesgo de adquirir psoriasis en pacientes esquizofrénicos. Otro artículo reflejó que los pacientes con psoriasis obtuvieron peores resultados en pruebas neuropsicológicas con respecto a controles sanos. La hospitalización en pacientes con vitíligo ocurrió un 4,17% más en pacientes con trastornos mentales con respecto a los controles sanos. Uno de los reportes de casos evidencia la influencia del litio, en un paciente con trastorno bipolar, por sobre la piel. También se evidenció que el trastorno obsesivo compulsivo conduce a enfermedades cutáneas autoinducidas. Conclusión: Existe una amplia asociación entre algunas patologías dermatológicas con el sistema nervioso, tras varios estudios evaluados se concluyó que el enfoque de diagnóstico y tratamiento debe ser amplio y no delimitado a una sola especialidad. En varios estudios se demostró que la participación de médicos en conjunto puede mejorar la calidad del tratamiento dermatológico, no olvidándonos que nuestro organismo funciona como un sistema en conjunto y no como sistemas aislados