Factores que predisponen a un síndrome coronario agudo en la mujer

Abstract

La etiología del síndrome coronario agudo (SCA) en la mujer se extiende más allá del prototipo tradicional de la enfermedad aterosclerótica. Las diferencias en la patología y presentación clínica pueden ser aclaradas en base a las diferencias del género. En los últimos años la tasa de prevalencia del SCA en mujeres a aumentado significativamente convirtiéndose en una de las principales causas de muerte en mujeres. Un tema de constante preocupación es cuales son las características y diferencias en los factores de riesgo entre mujeres y hombres. Este estudio tuvo como objetivo investigar los factores de riesgo predisponentes del sexo femenino para padecer un SCA. Material y métodos: Revisión sistemática electrónica a partir de la base de datos PubMed. Resultados: En este estudio se analizaron de forma sistemática 28 artículos con total de 124832 pacientes que sufrieron SCA, excluyendo hombres, quedando 41708 mujeres (tasa de mortalidad femenina de 6.5%). Los factores de riesgo del estudio fueron 89% hipertensos, 58 % tabaquistas, 43% dislipemicos, 32% diabéticos, 24% obesos 12% menopaúsicos ,9% uso de anticonceptivos orales ,6% embarazadas. Los hombres y mujeres presentan diferencias considerables entre sus factores de riesgo tradicionales que incrementan el riesgo de desarrollar SCA. El sexo femenino presenta factores independientes que incrementan el riesgo en hasta tres veces más que los hombres. Asimismo, presenta con mayor frecuencia síntomas atípicos, lo cual se relaciona por la mayor incidencia de erosión de placas, con hallazgo en las angiografías sin obstrucción, lo que lleva a creer que las hormonas sexuales influyen en fisiopatología del SCA. Conclusión: La cifra de mujeres con SCA está aumentando, en comparación con los hombres, en particular todavía está infradiagnosticada y tratada, el género femenino tiene menos acceso a revascularización, rehabilitación cardíaca y tratamiento farmacológico. En consecuencia, las mujeres tienen peor pronóstico después de un evento primario en comparación a los hombres, al que demuestra la importancia de la prevención primaria