Personalidad, frustración y consumo de alcohol en estudiantes universitarios

Abstract

El objetivo del presente estudio fue indagar la relación entre personalidad, frustración y consumo de alcohol en estudiantes universitarios. Se trató de un estudio ex post facto transversal de diseño descriptivo-correlacional. La muestra estuvo compuesta por 243 estudiantes universitarios (70,4% género femenino y 29,6% género masculino) de instituciones públicas y privadas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con una edad media de 23.95 (DE=3.59). Se administró de modo individual un cuestionario sociodemográfico, el cuestionario de personalidad de Eysenck (EPQ-R), la escala de intolerancia a la frustración (EIF) y el cuestionario de identificación de los trastornos debidos al consumo de alcohol (AUDIT). Los datos se analizaron con pruebas no paramétricas y estadísticos descriptivos. Se encontró que la dimensión de personalidad extraversión se muestra directamente relacionada con la cantidad de alcohol ingerida y su frecuencia, tanto en la muestra general como en la muestra masculina, y psicoticismo guarda relación con la frecuencia del consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA). Por otra parte, los estudiantes universitarios (específicamente, los varones de la muestra) que presentaron un patrón de tipo CEEA frecuente, perciben mayores niveles de intolerancia a la frustración comparados con quienes no presentan un CEEA frecuente. Así como también, existe una asociación débil entre intolerancia a la frustración y neuroticismo. El neuroticismo se asocia a la intolerancia a la frustración. Y mayores niveles de intolerancia a la frustración, un elevado nivel de psicoticismo y extraversión, se asocian al consumo de alcohol excesivo. Una limitación encontrada es que, si bien se demostró que los varones consumen mayores cantidades que las mujeres, no está claro si esta diferencia puede tener su origen en diferencias biológicas o diferencias de género, es decir, ligadas a diferencias culturales y subjetivas. Estos hallazgos pretenden tener implicaciones prácticas en el campo de las políticas públicas, dado que resultaría oportuno lograr una intervención temprana, y ofrecer espacios de intervención y tratamiento a quienes presentan niveles altos de intolerancia a la frustración y se encuentren en niveles críticos de consumo