Envejecimiento saludable : impacto de la alimentación y la actividad física en la calidad de vida de los adultos mayores

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Date
2025
Authors
Tirello, Jessica
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Los adultos mayores representan un porcentaje creciente de la población, lo que afecta las necesidades de atención médica debido a un aumento en la demanda por enfermedades asociadas al envejecimiento. Es natural que el organismo presente algún grado de deterioro funcional a lo largo del tiempo, pero muchas pérdidas pueden prevenirse o recuperarse mediante cambios simples en los hábitos. Se ha demostrado que una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física regular son fundamentales para preservar funciones físicas y mentales aparte de disminuir la morbilidad de enfermedades adquiridas. En este contexto, toca a los profesionales de la salud facilitar la adaptación de las personas mayores a esta etapa de la vida, por medio del cuidado y de la educación, promoviendo la autonomía de los pacientes, con el fin de proporcionar la mejor calidad de vida posible con los recursos disponibles. Material y métodos: Se llevó a cabo una revisión sistemática por medio de pesquisa en bases de datos como Google Académico, PubMed, Web of Science, y EBSCO host. La estrategia de búsqueda se formuló combinando palabras clave cómo “adultos mayores” “promoción de la salud” “prevención de enfermedades” “dieta” “ejercicios físicos” y sus respectivos sinónimos, a partir de los cuales se identificó un total de 327 trabajos. Luego de un análisis exhaustivo se seleccionaron 24 artículos con informaciones de importancia para esta revisión. Resultados: Entre 15% y 20% de la población mundial es mayor de 60 años. Se estima que entre el 30% y el 40% de los adultos mayores tiene una ingesta calórica inadecuada, y que un 25% no cumple con los requerimientos proteicos mínimos, lo que puede afectar su masa muscular y función inmunológica. Alrededor de 45% de los gerontes presenta deficiencia de vitamina D, y entre el 10% y el 30% tiene bajos niveles de hierro o calcio, lo que aumenta el riesgo de fragilidad ósea y anemia. Aunque la OMS recomienda 150 min de actividad física moderada semanal, solo entre el 20% y el 30% de las personas mayores siguen esta sugerencia. Las alteraciones funcionales en los mayores de 65 y 80 años son del 5% y 50% respectivamente, pero se observó que un 70% de los que practican actividad física regularmente presentan mejorías en este parámetro. Los programas que combinan ejercicio y dieta son efectivos en la prevención y el control de diversas enfermedades comunes en este grupo poblacional demostrando beneficios a nivel de la glucemia y reducciones de hasta 7mmHg en la presión arterial de hipertensos. Conclusión: Estudios han demostrado que una atención sanitaria adecuada y la modificación de los factores de riesgo pueden contribuir a reducir la morbimortalidad prematura, ayudando a que los adultos mayores mantengan un estilo de vida independiente el mayor tiempo posible. Por el contrario, una mala nutrición y la falta de actividad física aumentan las hospitalizaciones y los gastos con la salud. Es fundamental que se incluyan recomendaciones sobre nutrición y actividad física durante las consultas médicas con el objetivo de poner el paciente en una posición de autonomía respecto a su salud.
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Keywords
adultos mayores, promoción de la salud, prevención, dieta, ejercicio físico
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