Presentar un niño en una publicidad, siempre significó aportar valores positivos a la marca o servicio que se vende, como la ternura, la simpleza, la protección o la familia, al igual que otras percepciones personales: el niño que fuimos, el que todavía llevamos dentro, etc. Pero en la actualidad el niño, especialmente la niña, aparece cada vez más en los anuncios fingiendo ser un adulto, vistiendo como él y posando como él en una representación ajena a su edad. Esto es la sexualización de la infancia, y es lo que se estudia en este trabajo, tomando como punto de partida al niño como representación de la inocencia, hasta llegar a su actual presencia en las campañas publicitarias como estrategia de marketing.
El recorrido del presente trabajo permite señalar dos factores que actúan como catalizadores del fenómeno: la industria de la moda, que crea líneas de ropa infantil que refuerza su imagen sexual, y el aumento de los concursos de belleza para niñas que son alimentados por la programación televisiva. Se visualiza que la Educación Sexual Integral (ESI) podría ser un buen comienzo para solucionar el problema, o al menos empezar a reflexionar seriamente sobre él.